miércoles, 30 de marzo de 2011

Crítica del disco de Virginia Labuat: Dulce hogar


Dulce hogar no es el comienzo de la carrera de la joven jienense Virginia Maestro, pero sí un nuevo punto de partida del que ya puede sentirse orgullosa. Producido por Iñaki García, el teclista que la ha acompañado en directo durante los dos últimos años, y coproducido por ella misma, este álbum clama a los cuatro vientos que ahora, por fin, ha llegado su momento. Por eso no debe sorprendernos que el single escogido para presentar este nuevo trabajo sea The Time Is Now, una apuesta muy arriesgada para la España de las radiofórmulas y el pop latino que, sin embargo, cada vez está cosechando más éxitos (prueba de ello es que siete semanas después de salir a la venta, la canción se mantiene en el TOP 10 de Promusicae).


En el disco encontramos catorce canciones compuestas por Virginia que coquetean con los estilos que ha ido bebiendo a lo largo de su vida (soul, jazz, country...), una mezcla de pop desenfadado y referencias clásicas que abre una vía hasta el momento muy poco transitada en el mainstream español. Pero no ha sido fácil para la cantante construir su dulce casita: cada una de sus habitaciones ha supuesto una batalla con Sony Music Spain, que todavía hoy es reacia a que sus artistas se alejen del sonido typical spanish. Por tanto, de no ser por el filtro al cual la compañía sometió las canciones de Virginia, seguramente hoy estaríamos hablando de un disco de un nivel bastante superior. Pero sobre todo, la lucha constante que vive Virginia día a día va encaminada hacia el desmoronamiento de las etiquetas que sigue arrastrando.

La puerta de entrada de este Dulce Hogar habla de seguir, por fin, el rumbo correcto y se llama Run To You. Su sonido pop amable y un toque country hacen que queramos seguir descubriendo el resto de habitaciones. Aun así, al adentrarnos no todo resulta ser tan agradable: aunque seguimos palpando pinceladas de soul y reminiscencias del pop anglosajón, Por Una Vez y Hasta Dónde Iré son canciones que ya hemos escuchado miles de veces. Sus letras excesivamente dulcificadas y un intento fallido de crear algo que suene retro y comercial a la vez hacen que, por un momento, nuestra sorpresa inicial desaparezca. Te Doy Mi Voz, sin embargo, resulta ser un track redondo y original, así como también lo es Insomnio, en el que por fin nos sumergimos en las influencias jazzísticas de Virginia.

Si el siguiente tema, 107 veces, hubiese sido en inglés, no nos sorprendería encontrarlo en el disco de Eliza Doolittle. Es una canción con una progresión interesante que se aguantaría perfectamente si no fuese por el idioma y el estribillo. Con el sonido de un ukelele nos acomodamos en Hoy Por Ti, una canción cuya gracia radica en su sencillez. Iríamos por muy buen camino en esta segunda parte del álbum si no fuese por Tal vez, que esta vez sí, nos recuerda a Amaia Montero. I call your name es un curioso experimento: empieza como una misteriosa balada negra para luego convertirse en un tema soulero con varios cambios de ritmo.


¿Queríais jazz? En Under My Skin encontramos a una Virginia sensual y sugerente, no muy alejada en cuanto a registro de artistas como Katie Melua o Melody Gardot. El siguiente tema es swing en estado puro: desde la trompeta inicial hasta los susurros del cierre, Circus es un bombazo que se convierte en el tema estrella del ábum. Por eso vuelve a decepcionarnos Sin Corazón, una ranchera que aunque mejora gracias al tono enfadado del estribillo, no acaba de convencer. El álbum cierra con Liten y De Litin, un delicado tema a piano que en algún momento nos recuerda a la susurrante Christina Rosenvinge.

Si estáis libres de prejuicios, Virginia os invita a que os pongáis cómodos en su Dulce hogar, cuya decoración son estilos antiguos que vuelven en canciones nuevas, algunas más acogedoras que otras, pero todas ellas sinceras. Dulce hogar no es un álbum pretencioso, ni la casa de los sueños de Virginia, pero en él se materializan por fin algunas de sus ilusiones a través de letras dulces y optimistas que, como ella misma confiesa, hablan del ingenuo amor que siente por la música.

Dulce hogar cuenta además con una Edición Especial Limitada que incluye un CD llamado Rarezas, en el cual encontramos alguna que otra sorpresa, como por ejemplo, algunas de las maquetas a guitarra y voz que no pasaron el filtro de la discográfica. The Biggest Love es una de las canciones que nos hace ser optimistas respecto al futuro de Virginia, quien aún tiene muchas canciones para enseñar al mundo.

4 comentarios:

  1. bonita cancion virginia!!! me encanta...

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  2. Gracias por la fabulosa crítica! El disco es bastante bueno con respecto a la música que encontramos hoy día

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  3. El disco es una pasada, con ganas de ir al concierto el 12 a la sala sol .

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  4. Alba García Blue2 de abril de 2011, 18:29

    Increible círitca, me ha fascinado. La música de Virginia es única, mágica, y poco a poco las personas se irán dando cuenta de ello. Dulce Hogar es un disco realmente muy bueno.

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