jueves, 16 de diciembre de 2010

Entrevista a Amparo Llanos (Dover): "Si te aceptas a ti mismo da igual si los demás no lo hacen"

Poco pendiente del público y muy concentrada con la guitarra, "para no meter la gamba"
según comentó, en el concierto de la sala Apolo de Barcelona

Un honor y todo un placer entrevistar a alguien tan importante e interesante en el mundo de la música como es Amparo Llanos. Quien no la conozca (alguien habrá, aunque es complicado), es conocida por ser la guitarrista de la polémica banda madrileña Dover, y la hermana mayor de su cantante, Cristina. En el concierto del pasado miércoles 15 de diciembre en la sala Apolo, donde presentaban su nuevo disco I Ka Kené, Amparo agradeció al público asistente por seguir a "unos herejes" como ellos. "Empezamos a cogerle el gusto a esto de ser herejes", advirtió desde el escenario, nerviosa y dubitativa ante las críticas recibidas por sus últimos trabajos. 

Mucho más segura de sí misma se mostró, eso sí, en la entrevista que nos concedió para nuestro programa. Reafirmando su pasión por la música africana que la remueve desde hace unos meses, y que se ha materializado en el nuevo sonido de Dover en I Ka Kené.


Por Sem Pons,

Escucha la entrevista en audio en: http://www.zshare.net/audio/83990703dca25e7b/

I ka kené es el título de vuestro séptimo disco de estudio, un álbum que otra vez vuelve cargado de polémica. Hay quien dice que tenéis la fórmula mágica para dar de que hablar, y es que con cada nuevo paso que dais os convertís en tema de tertulia nacional. En los últimos meses creo que todos los españoles hemos repetido eso de “¿Has escuchado lo nuevo de Dover?”

¿Os sorprende que todo lo que hacéis siempre tenga tanta repercusión social?

Es sin querer (risas). Te lo prometo. Nosotros hacemos discos... Hacer discos es un privilegio, y para hacerlo tiene que ser con lo que estés inspirado, que estés al 100%, iluminado, como sea. Dar que hablar es sin querer.

Esta entrevista he de decir que me hace especial ilusión porque desde que soy un crío os he seguido la pista, Dover siempre me ha gustado. Y sin hacer distinciones de estilos, me gusta Dover como grupo, y me gustan vuestras canciones, desde las más rockeras hasta las más recientes. Un ejercicio total de eclecticismo por vuestra parte, pero que el público no está acostumbrado a hacer. Parece que ahora no hay límites para vosotros. ¿Cómo podemos hacer para que el público también deje atrás los clichés y los limites musicales, tal y como habéis hecho vosotros?

Muchas gracias. Puede ser que haya parte del público que le parezca sacrílego salirse de lo que hacíamos, pero es como todo en la vida. Los cambios, sean propios o ajenos, a veces dan miedo. Es como cuando tu novia o tu novio dice "has cambiado" o cambia él o ella, pero es que la vida es ir evolucionando ir cambiando. Como cuando te dan un Erasmus y no quieres, porque es un gran cambio. Hay a quien le parece muy bien y hay a quien le parece muy mal, pero es que cada uno tiene que vivir su propia vida y aceptando, eso sí, aceptando las consecuencias de esos actos.

Otra cosa que va cambiando constantemente es el éxito comercial, incluso decís que vuestro disco The Flame no consiguió todo el éxito que tuvo el anterior. 

No tuvo ninguno el pobre, ningún éxito comercial...

¿Téneis miedo que os vuelva a pasar, pegar un bajón?

No nos da miedo, de hecho con este disco ya hemos pegado un bajón con respecto al anterior. Es algo que nos ha pasado ya en nuestra carrera, hemos tenido discos con mucho éxito, otros con menos y otros con ningun éxito. La vida es así. Si uno tiene el coraje de hacer lo que le apetece hacer, aunque sea difícil de hacer como cantar en un idioma que no conoce nadie o hacerlo en francés, y que luego hay gente que no lo entienda... pues hay que tener el mismo coraje para aceptar las consecuencias. Y no ir diciendo "ay, ay qué pena, no le gusta a la gente". Puede que guste, o que no guste. Que guste a más personas, o a menos. Si estás convencido que has hecho lo que has podido al 100% quejarse es una tontería.

También otra de las críticas que os han hecho a menudo es aquello tan tópico de “os habéis vendido”. ¿Notáis mucho la diferencia desde el cambio en 2006?

Es que venimos escuchando lo de "se han vendido" desde el principio, desde que empezamos a vender discos. 



Sorpende esta afirmación cuando desde siempre habéis sonado en los 40 principales y nunca habéis renegado de ello, tocando el estilo que tocarais, habéis tenido éxito comercial.

La verdad es que sí, intentamos no tomárnoslo como algo personal. La gente dice cosas siempre. Y hay mucha gente joven que nos dice que nos hemos vendido que ni siquiera sabe que ya cuando estábamos con el Devil came to me y vendimos 500.000 copias, ya eramos "los vendidos nacionales". Y también lo dijeron cuando Serenade sonó en los 40 principales. Luego con King George muchos decían "vendidos, ahora va y hacen punk rock"...

En fin, cada uno tiene derecho a decir lo que quiera, cada uno nos percibe como quiere y nosotros lo único que podemos hacer es intentar, ya que podemos hacer discos, hacerlo sin miedo. Crear donde encontremos inspiración. No podemos controlar lo que digan, se nos escapa de las manos. Si eso coincide con lo que el público quiere oír y es comercial, genial. Sino, pues estar tranquilo haciendo lo que uno quiere.

Decís que no os lo queréis tomar como algo personal, pero es que para muchos es algo personal, hay gente que se ha ofendido mucho.

Pero es que eso no es asunto nuestro, no puedo ir persona por persona porqué hacemos lo que hacemos, cómo lo hacemos. Alguna vez lo he hecho, a través de Internet, he tenido la oportunidad de hablar con gente que me ha dicho "como me has podido hacer esto". Y gente muy joven además. La última vez fue con un chico de 14 años, que chateando me dijo que me admiraba mucho como guitarrista y que no entendía como ahora tocaba temas como Junette.

Intenté explicarle que era porque así es la vida, porque me apetecía crecer, no quedarme estancada con lo que ya sé hacer. Quería probar cosas nuevas. No sé si me comprendió, hice lo que pude, pero no podemos estar todo el día intentando convencer a la gente. Si nos ven como vendidos o que hemos hecho sacrilegio absoluto, no le podemos hacer nada. Si somos herejes, pues somos herejes, pero no nos pone nadie el sanbenito. A arrollidarnos, ante nadie. Solo ante dios.

En la canción número 3 del disco, Any love, hacéis toda una declaración de intenciones. Vosotros vais con buenas intenciones, y decís que vuestros padres siempre os han dicho que todo irá bien. Y el single, Dannayá, se traduce como “Confianza”. ¿Cómo conseguís estar tan seguras de lo que hacéis?

Vivir la vida tiene muchos riesgos, momentos buenos y momentos malos. Hay cosas en la vida de ti mismo que vas aprendiendo conforme te vas haciendo mayor. Vivir la vida no es fácil, pero esas cosas que vas aprendiendo hay que ir poniendolas en práctica. Y nosotros como grupo, y luego cada uno de nosotros como artista, hemos tenido siempre mucha confianza en lo musical.

Ojalá tuvieramos tanta confianza en otros aspectos de nuestra vida. Pero en nuestra música, siempre hemos tenido confianza, aprendiendo de lo que nos pasa e intentando ser humildes. No se puede ir por la vida creyendose lo más. Tenemos la tranquilidad de saber quienes somos como grupo y donde estamos. Si tu te aceptas a ti mismo da igual si los demás no lo hacen.

I ka kené es un disco compuesto en tres idiomas: el inglés, el francés y el bambara. A muchos siempre nos ha sorprendido lo cómodas que habéis estado con el inglés siendo un grupo español, pero en cierta manera es fácil componer en un idioma que conoces. Pero el bambara es un idioma completamente desconocido por vosotras hasta el momento, que no habláis ni entendéis, pero que habéis escuchado en canciones. ¿Cómo es el proceso de escribir y cantar canciones propias en un idioma que no entendéis?

No podíamos haberlo hecho si no hubiera sido porque tuve la suerte el año pasado de conocer a africanos hablantes del bambara, particularmente tuve más contacto con Wally. Y es un idioma que escuchandolo me hizo mucha gracia porque resulta que tiene la ñ. Y siempre nos habían dicho que la ñ estaba solo en español, y este idioma tiene muchas palabras que la contienen. 

Y todo esto dentro de ese torbellino en el que estuve yo y luego los demás con el descubrimiento de la música africana. Orquestras guineanas, cantantes buenísimos de Mali, Costa de Marfil, Senegal... El sonido y la musicalidad de ese idioma era un elemento creativo más para nosotros. Y tuvimos la ayuda de gente como Wally o Mohamed que nos fueron enseñando palabras con las que poder componer.

Muchos os han acusado de ir al sol que más calienta, ya que sácais el disco justo tras el Mundial de Sudáfrica en un verano que Shakira ha arrasado con el Waka Waka. ¿Qué diríais ante esta crítica?

Pues te diría poco, la verdad. Que digan lo que quieran.

¿Os ha molestado esta coincidencia?

No. Nos imaginabamos que podría pasar. Nosotros terminamos la primera canción, I Ka Kené, a finales del año pasado. Y a la vuelta de las navidades se la enseñamos a la compañía, sabiendo que era algo muy particular, pensando que podrían sorprenderse. Y cuando la escucharon por primera vez nos contarnos lo del Mundial de Sudáfrica y que Shakira iba a versionar el Waka Waka, casualmente lo sabían porque ella es de nuestra misma discográfica. Fue cuando nos enteramos. Porque cuando empezó a sonar la canción ya teníamos el disco hecho. Pero tampoco pasa nada. Waka Waka es una canción famosísima en África, y que la haya popularizado, pues genial. A nosotros no nos va a ir ni la tercera parte de bien que a ella, pero la vida es un montón de casualidades. Que digan lo que quieran.

El disco transmite un buen rollo increíble, igual que lo transmitía Follow the city lights. Un buen rollo que antes costaba más de encontrar en vuestros anteriores discos, más duros y más tristes. La energía que ahora desprendéis, este cambio de estilo, ¿es porque estáis en un estado anímico muy distinto?

Sí, responde a un estado de ánimo que viene del conocimiento personal, de ir aprendiendo a vivir la vida de la mejor manera posible. ¿Cómo? Eso puede hacerlo solo uno mismo, puedes ir alegre o triste por la vida pase lo que pase. Y eso lo hemos aprendido con los años.

Hay muchos que hablan de la esencia Dover, como algo que se ha perdido en los últimos discos, como si no fuerais los mismos. Lo cierto es que el cambio es significativo, pero luego escuchando canciones como Under my spell en acústico, como hicisteis hace poco en el programa de Gemma Nierga, hace ver que tampoco habéis cambiado tanto, que seguís ahí. ¿La gente no es capaz de ver que tras el cambio de estilo, algo más superficial,  lo más profundo del grupo, la forma de componer, sigue intacta?

Sí, pero no todo el mundo dice eso. Hay gente que sí ve la esencia de Dover. La esencia no se puede cambiar, es inamovible. La esencia del grupo es la esencia de las personas que lo forman, tú puedes evolucionar, puedes cambiar de aspecto físico o comportarte de forma distinta. Pero tu esencia, eso que no tiene nombre ni sabemos lo que es, no cambia nunca. Igual pasa con los grupos.

Luego hay mucha gente que dice que al cambiar nosotros también debemos cambiar el nombre del grupo. Ese cacao que hay... Nosotros somos nosotros, no nos cambiaremos el nombre. Aunque quisiéramos cambiar nuestra esencia, seguiría estando ahí. 

Echando la vista atrás, cuando veis el camino recorrido, ¿hay algo que cambiaríais? ¿Qué errores habéis cometido? ¿Qué valoración hacéis de vuestros anteriores discos?

Habremos cometido muchos errores, probablemente. Pero no nos arrepentimos prácticamente de nada. Me arrepiento de una cosa, sí, y tengo que quitarmelo ya de encima de una vez, porque fue hace mucho tiempo. Algo de nuestro sello discográfico. Tenía que editarle un disco a una banda buenísima de Madrid y no lo edité. Pero como grupo, lo que hicimos nos ha llevado a hacer estas cosas, y siempre hemos hecho lo que pensábamos lo que teníamos que hacer. Siempre le hemos puesto muchas ganas y mimo a todo, pero cometemos errores obviamente, somos humanos.

Escucha I Ka Kené, lo nuevo de Dover en Spotify

Escuchando vuestros discos anteriores, os seguís viendo identificados, ¿o pensáis que eso ya no lo haríais?

Sí, sí. No escucho mucho los discos anteriores, quizás por falta de tiempo. Pero cuando escucho alguna canción antigua nuestra, recuerdo perfectamente como la hicimos, como estábamos, y que lo hicimos porque nos apetecía en ese momento. Sí, tengo mis discos favoritos y discos que no lo son. Pero luego tengo rachas de un disco que no es de mis favoritos, lo reescucho y pienso "qué bien nos quedó". Estamos orgullosos de ser Dover.

Vuestras primeras referencias eran Nirvana, ya que justo aparecisteis en escena tras el suicidio de Kurt Cobain, o también Paul McCartney. ¿Cuales son vuestras referencias actuales?

Cuando hicimos este disco estábamos en un torbellino musical de música africana. Yo no conocía nada, pequeños detalles, y descubrir de golpe un montón de artistas de ahora y de hace 30 años, de todo un continente, ha sido... Buf, daría para 3 o 4 discos.

¿Sigues en ese torbellino o os habéis quitado la espina?

Sí, totalmente. Llevo un año obsesionada, continuamente, me encanta. Me parece muy inspirador como tocan las guitarras. No solo en Mali, también en Congo, Zimbaue. Estoy ahí ahora mismo, lo he descubierto de golpe y porrazo. Como cuando con 10 años descubrí los Beatles y vi que tenían muchos discos, y entré en un torbellino de beatlemanía. Me está pasando esto ahora.

Dicen que debes ser la que manda en Dover, porque has conseguido que Jesús, Samuel y Cristina entren también en tu torbellino.

Sí, pero no es una cuestión de mandar. Eso es imposible, si alguien del grupo no le apeteciera no se podría hacer. No se hace a la fuerza. No puedo obligar a Jesús a tocar unas percusiones distintas si a él no le apetece o no le emociona, o a tocar todo lo que ha tocado si no le apetece. Lo mismo con el bajo y lo mismo cantando. Tenemos la suerte de entendernos muy bien y contagiarnos de muchas cosas, y de estar muy en sintonía. Cuando teníamos la intención de sonar cada vez más duro, todos teníamos esa sintonía. Y en el momento en que empezamos a agotarnos, fue todos, todos queríamos un cambio. No sabíamos qué era, hasta que salió Let me out. Y luego ha pasado con I ka kené. Por eso llevamos tanto tiempo, porque nos entendemos muy bien. Llevamos ya desde el 92.

¿No os da miedo que algún día alguien de vosotros traiga una idea extraña y que los demás penséis "ni de coña"?

En principio somos una democracia. En principio y en final. Siempre hemos sido así. Si Jesús o Cristina algún día traen algo que a los demás no nos apetece, será pues el momento de hacer un proyecto paralelo, algo que nunca hemos hecho.

Hablando ya de la gira, antes hacíais un sonido muy orgánico, guitarrero. Luego añadisteis las programaciones en la anterior gira. Y ahora, mezcláis de nuevo programaciones y música orgánica, con nuevos instrumentos... ¿Cómo planteáis llevar este sonido encima del escenario?

Como tu dices, como un cruce. Momentos del disco anterior o canciones antiguas que revisamos para la gira anterior. Mucho más basadas en secuencias. Con las nuevas nos lanzamos a la piscina, con un percusionista canario que toca genial. Con Junette, I ka kené, Yafama... intentamos disfrutar más de lo que tocamos, como lo queremos hacer ahora. Luego hay una de las antiguas, que sufrió una revisión y que ahora ha vuelto a reconvertirse a nuestro nuevo sonido.

A título personal, para acabar, algo que me interesa saber especialmente. The Flame es uno de mis discos favoritos. Lo dejáis siempre de lado en los conciertos. ¿Porqué?

Sí, lo hemos dejado de lado. Puede que haya un momento que nos apetezca hacer un concierto y recuperar canciones antiguas como Better Day y canciones cañeras. Nos volverá a apetecer seguro. Y rescataremos probablemente canciones de The Flame, que últimamente solo tocábamos Sombrero. Pero es que The Flame es un disco que ya haciéndolo tanto Cristina y yo no estábamos convencidas, queríamos hacer un cambio y no lo habíamos hecho aún. Sombrero es la canción que, de una forma inconsciente, nos acercó a ese cambio que aún no habíamos hecho, y por eso la recuperamos después. Una vez terminamos la gira de The Flame fue cuando hicimos Follow the city lights y esas canciones de The Flame ya no nos apeteció versionarlas al nuevo sonido.



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